Terapia Manual y Ejercicio Terapéutico
Todos hemos sufrido alguna vez dolor, ya sea de forma aguda (traumatismos, fracturas…) o más persistente en el tiempo.
En la mayoría de los casos, el dolor nos indica que algo no está funcionando adecuadamente en los tejidos de nuestro cuerpo y su origen puede que provenga de las algunas de las estructuras que te explicamos a continuación.
Cada problema es diferente y cada paciente es único. Por eso, te realizaremos una valoración completa en la que trataremos de reducir las hipótesis disponibles y así averiguar la fuente de tus síntomas.
El origen del dolor es una o varias articulaciones.
Puede ir acompañado de inflamación como es el caso de la artritis o tratarse de un problema degenerativo como la artrosis.
El origen del dolor es el músculo.
El dolor muscular no siempre está relacionado con un exceso de tono. Un músculo sano es un músculo que es capaz de adaptarse a las necesidades de nuestro cuerpo.
El origen del dolor es el nervio.
Suele ir acompañado de hormigueos, calambres y/o pérdida de sensibilidad o fuerza. Este dolor abarca una zona más extensa.
Por ejemplo, es el caso de la conocida “ciática” donde a menudo los pacientes describen síntomas a lo largo de todo el miembro inferior.
El origen del dolor es el tendón.
Los tendones son los encargados de transmitir la fuerza del músculo al hueso. Un exceso o un defecto de carga provoca una desadaptación del tendón. Es el caso de la tendinopatía del supraespinoso o la tendinopatía aquílea.
Un mismo dolor puede abarcar varios orígenes.
Puede ser de varios tipos, tener distintas causas, factores contribuyentes…
El dolor crónico,
otro tipo de dolor.
Este dolor es el resultado de una respuesta anormal de nuestro cerebro ante estímulos que no tendrían que ser dolorosos. Lo encontramos, por ejemplo, en patologías como la fibromialgia.
Para poder manejar este dolor, necesitamos explicarte el funcionamiento del cerebro-cuerpo.
Primera consulta. Fundamental.
Sin una buena identificación de la causa que provoca la patología no obtendremos los resultados deseados.
Una vez detectado el problema, en Dinamia basamos nuestro tratamiento
en tres pilares:
Una vez detectado el problema, en Dinamia basamos nuestro tratamiento
en tres pilares:
1
Educación sobre tu lesión
Tienes que entender cuál es el problema y por qué ha aparecido, solo así podrás entender cuál es nuestro papel y que puedes hacer tú mismo para mejorar. De esta forma, te haremos participe en el tratamiento y estableceremos objetivos en común.
Entender que te pasa te ayudará a recuperarte antes.
2
Terapia manual ortopédica
La terapia manual consiste en una serie de técnicas cuyo objetivo es modificar los síntomas (reducir el dolor, ganar movilidad…). Todo será en función de tus síntomas, su intensidad y/o sus características.
Elegiremos cuales son las técnicas que más se adaptan a ti.
3
Ejercicio terapéutico
Se trata de una serie de ejercicios concretos destinados a cada patología. Su objetivo es reducir la sintomatología y recuperar o generar la fuerza o movilidad perdida. Realizaremos una combinación de la terapia manual con una buena programación de ejercicio terapéutico.
Una herramienta muy potente para abordar las distintas patologías.
Los beneficios del ejercicio terapéutico:
- Reduce la sintomatología.
- Mejora la movilidad.
- Acelera o afianza la recuperación de una lesión.
- Previene las recaídas.
- En algunos casos evita la cirugía. En los casos en los que no, ayuda a una recuperación postquirúgica más eficaz.