Es una pregunta muy frecuente, ¿tienen los hombres suelo pélvico?

POR SUPUESTO. A pesar de que aparentemente parece muy diferente al de la mujer, tienen mas similitudes de las que imagináis.

El suelo pélvico es el conjunto de estructuras que cierran la parte baja de la pelvis y que forma parte del sistema de gestión de presiones junto a la faja abdominal y diafragma. La musculatura que encontramos es igual en ambos sexos, simplemente varían las inserciones y algún músculos que tenemos diferente. Por tanto, las funciones de sostén de órganos pélvicos, continencia urinaria y fecal, sexual son las mismas, exceptuando el momento del parto.

Bien es cierto que las mujeres son más propensas a tener patología, pero los hombres también son susceptible a ello. ¿Qué les puede ocurrir? Os mostramos algunos ejemplos:

• Atrapamiento del nervio pudendo: debido al sillín de la bicicleta, moto, mucho tiempo sentado…
• Exceso de tono en la musculatura de suelo pélvico: hombres que hacen mucho deporte y trabajan los abdominales en exceso pueden desarrollarlo.
• Disfunciones sexuales: tanto eyaculación precoz como impotencia.
• Problemas de próstata: crecimiento de esta o proceso tumoral.
• Incontinencia fecal o urinaria.

Y ¿Qué síntomas podéis notar?. Son muy variados y cada caso es totalmente diferente, pero os describimos los más comunes que podemos encontrar en consulta:

• Dolor: en ano, testículos o pene.
• Dolor en las relaciones sexuales: en la erección, eyaculación o posterior a la relación.
• Ardor, hormigueo, calambres en la zona del periné o zona baja del abdomen
• Aumento de la frecuencia miccional.
• Goteo post miccional.
• Mal vaciado de la vejiga, es decir, residuos miccionales que pueden derivar en infecciones de orina.
• Pérdidas de orina o fecales.

Desde la fisioterapia de suelo pélvico identificamos el problema principal y en base a él realizamos un plan de tratamiento. Se pueden hacer múltiples técnicas en función de cada caso y objetivo. Entre ellas encontramos: http://www.fisiodinamia.com/suelo-pelvico/

• Terapia manual, masaje.
• Propiocepción: control del suelo pélvico, es decir, saber contraer y relajar siendo plenamente conscientes de cómo se hace y la intensidad.
• Potenciación de la musculatura.
• Vibración.
• Electroterapia.
• Reeducación de hábitos.
• Biofeedback.
• Etc.

¡Si tienes alguna duda o sufres algún síntoma contacta con nosotras! En dinamia identificamos el problema, os explicamos qué está ocurriendo y le ponemos solución.